septiembre 16, 2014

Ley al Soberbio, gracia al humilde





El Evangelismo Bíblico siempre sin excepción presenta la ley al soberbio y la gracia al humilde, jamás verás a Jesús presentando el evangelio, las buenas nuevas a la persona arrogante y soberbia, farisaica, sino que con la ley el quebranta el corazón endurecido y con la gracia sana el corazón quebrantado, porque el siempre hizo lo que agrada al Padre, Elohim resiste a los soberbios y da gracia a los humildes, la escritura dice abominación es al Señor todo altivo de corazón (Proverbios 16:5).

Jesús dijo para quien es el Evangelio (Las Buenas Nuevas), El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; a pregonar libertad a los cautivos, y vista a los ciegos; a poner en libertad a los oprimidos; (Lucas 4:18). Estas son declaraciones espirituales, los pobres de espíritu, los quebrantados de corazón son los contritos, los cautivos son los que satanás tiene cautivo, y los ciegos son los que el dios de este mundo les cegó el entendimiento para que la luz de las buenas nuevas no les resplandezca, sólo los enfermos necesitan del médico y solo los conscientes de su enfermedad reconocen que necesitan el remedio.

Veamos ejemplos de la ley a los soberbios y gracia a los humildes, en Lucas 10:25 vemos que cierto interprete de la ley se paró para probar a Jesús no era ningún profeta, era un intérprete de la ley, y dijo a Jesús ¿haciendo qué cosa heredaré la vida eterna? ¿Qué hizo Jesús? Le mostró la ley ¿Por qué? Porque era arrogante, soberbio y fariseo. Se trata de uno que profesa ser experto en la ley de Elohim y está probando al Hijo de Elohim, Jesús le dijo: ¿Qué está escrito en la ley? ¿Cómo lees? Aquél, respondiendo, dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas, y con toda tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo. Y le dijo: Bien has respondido; haz esto, y vivirás. Pero él, queriendo justificarse a sí mismo, dijo a Jesús: ¿Y quién es mi prójimo? Jesús entonces le contó la historia del buen samaritano, y el efecto de la espiritualidad de la ley, la esencia de lo que la ley exige, le cerró la boca, porque se dio cuenta que en realidad no amaba a su prójimo. La ley fue dada para cerrar toda boca y dejar a todo mundo culpable ante Elohim. 

En Lucas 18:18 encontramos otro caso similar, un joven rico se presenta ante Jesús y le preguntó Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna?, ¿Que creen ustedes que le diría un apóstol modernos de lo de hoy día? Lo más seguro es que le diría haz un pacto, con cierta cantidad de dolaretes, y ven repite esta oración y listo ya eres salvo. Pero ¿Qué hizo Jesús?, le señaló la ley, le presento cinco de todos los mandamientos, y cuando el hombre contestó los he guardado desde mi juventud, Jesús dijo una cosa te falta, y usó la esencia del primer mandamiento, Yo Soy el Señor tu Elohim, no tendrás Elohim ajenos delante de mí, para mostrarle que sus Elohim era su dinero, y no puedes servir a Elohim y al dinero, aquí se cumple la ley para los soberbios, y luego vemos la gracia conferida al humilde en el caso de Nicodemo, un líder de los judíos y maestro en Israel, era bien instruido en la ley y era humilde porque vino hasta Jesús y reconoció que éste era el Hijo de Elohim, Jesús le presentó la gracia, porque tanto amó Elohim al mundo que ha dado a su único Hijo para que aquel que en el crea no se pierda sino que tenga vida eterna.

También vemos otro caso en el día de pentecostés, habían judíos piadosos devotos, que comían bebían, dormían con la ley de Elohim, y aquel día estaban congregados para celebrar la entrega de la ley de Elohim en el Sinaí, y cuando Pedro se puso de pie para predicarles, no les predicó ira, no predicó justicia, ni juicio, solo les dio las buenas noticias que la multa había sido pagada, y que Jesús había muerto en lugar de ellos, esto les remordió la conciencia y clamaron ¡Varones hermanos! ¿Qué haremos? La ley era un hayo para llevarlos al Mesías, para que pudieran ser justificados por su sangre. (1 Timoteo 1:8 Pero sabemos que la ley es buena, si uno la usa legítimamente) ¿Para que fue diseñada? (1 Timoteo 1:9-10) conociendo esto, que la ley no fue dada para el justo, sino para los transgresores y desobedientes, para los impíos y pecadores, para los irreverentes y profanos, para los parricidas y matricidas, para los homicidas, para los fornicarios, para los sodomitas, para los secuestradores, para los mentirosos y perjuros, y para cuanto se oponga a la sana doctrina). Si quieres convertir a un homosexual no discutas con el respecto a su perversión, te estará esperando, con un machete bien afilado, dale los mandamientos, muéstrale que en ese estado está condenado, muerto, y por lo tanto necesita al Mesías en su corazón, si quieres conducir a un Judío al Mesías quebrántale el corazón con la ley de Moisés y luego muéstrale la gracia, si quieres convertir a un musulmán a Jesús, dale la ley de Moisés, y despójalos de su justicia propia, para conducirlos al sacrificio de Jesús, ellos aceptan a Moisés como profeta, entonces que crean en él.



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