noviembre 09, 2015

Una trampa para Jesús

Un día, los fariseos se reunieron y decidieron ponerle una trampa a Jesús, para hacer que dijera algo malo.

Mandaron a algunos de sus seguidores, junto con unos partidarios del rey Herodes, para que dijeran a Jesús:

—Maestro, sabemos que siempre dices la verdad. Tú le enseñas a la gente que debe obedecer a Dios en todo. No te importa lo que digan los demás acerca de tus enseñanzas, porque tú no hablas para quedar bien con ellos. 

Dinos ahora qué opinas: ¿Está bien que le paguemos impuestos al emperador de Roma, o no?

Pero como Jesús conocía las malas intenciones que tenían, les dijo:

—¡Hipócritas! ¿Por qué quieren ponerme una trampa?

Muéstrenme una de las monedas que se usan para pagar el impuesto.

Entonces le trajeron una moneda de plata,  y Jesús les preguntó:

—¿De quién es la imagen que está en la moneda? ¿De quién es el nombre que tiene escrito?
 

Ellos contestaron:

—Del emperador romano.

Jesús les dijo:

—Pues denle al emperador lo que es del emperador, y a Dios lo que es de Dios.
 

Los fariseos quedaron asombrados al escuchar la respuesta, y se fueron.

(Texto tomado de la versión Traducción Lenguaje Actual -TLA).





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