Mientras estaban reunidos los fariseos, Jesús les preguntó:
—¿Qué piensan ustedes acerca del Cristo? ¿De quién es hijo?
—De David —le respondieron ellos.
—Entonces, ¿cómo es que David, hablando por el Espíritu, lo llama “Señor”? Él afirma:
»“Dijo YHVH a mi Señor:
‘Siéntate a mi derecha,
hasta que ponga a tus enemigos
debajo de tus pies.’”
Si David lo llama “Señor”, ¿cómo puede entonces ser su hijo?
Nadie pudo responderle ni una sola palabra, y desde ese día ninguno se atrevía a hacerle más preguntas.
Nadie pudo responderle ni una sola palabra, y desde ese día ninguno se atrevía a hacerle más preguntas.
Recopilado del escrito de Mateo capítulo 22, versos del 41 al 45 (Nueva Versión Internacional, NVI).
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